

El equilibrio del periodismo en los debates presidenciales está comprometido con el trato desigual que ABC dio a los candidatos en el debate del 10 de septiembre de 2024. El candidato conservador del Partido Republicano Donald Trump y la candidata izquierdista del Partido Demócrata Kamala Harris recibieron un trato diferente.
En un encendido intercambio de frases entre ellos, la actuación de los moderadores fue notoria por su desnivel cuando en varias ocasiones Harris fue rescatada de las llamas por un cambio de tema de los moderadores. O cuando abiertamente un moderador acusó inapropiadamente a Trump de mentir, un comentario propio del público o del otro candidato, pero no del moderador. Al final, el debate sólo confirmó las dos ideologías previas ya conocidas de los candidatos, la posición conservadora de derecha de Donald Trump y la posición progresista de izquierda de Kamala Harris.
La experiencia y el perfil nacional e internacional de Harris son generalmente desconocidos. Harris, siendo Fiscal, Senadora y Vice-Presidenta de Estados Unidos, no ha generado un episodio conocido en la vida pública de gran magnitud como el de su oponente. Trump es una figura nacional e internacional. Harris no.
Al ser Harris de experiencia limitada y perfil bajo, su actuación en el debate fue consistente con la memorización de respuestas a preguntas específicas imaginadas o conocidas de antemano y no con la del acontecer de la vida pública que siempre es una muy notoria como espontánea. Valdría la pena que la sección correspondiente de ABC investigara 1) el manejo confidencial y la línea de custodia de las preguntas preparadas para el debate en los niveles alto, medio y de operadores, 2) la revisión del debate para identificar el mal manejo, la forma de verificación de lo dicho por los candidatos que ocasionó oprobios republicanos y el desempeño inapropiado de los moderadores y 3) la equidad desigual en el trato a un candidato sobre el otro.
Independientemente de los hallazgos de ABC, que es una investigación que se debe a los votantes estadounidenses y que debe publicarse, si se avecina un segundo debate, los partidos Republicano y Demócrata, sus candidatos Trump y Harris deben ponerse de acuerdo sobre una estación de televisión de diferente trasfondo editorial de los anfitriones hasta la fecha y que cada candidato pueda seleccionar un moderador aceptado por ambos. Será una práctica muy sana y acertada
Es razonable asumir que la medida descrita arriba puede garantizar a los electores una proyección realista de los candidatos, galvanizando el camino hacia una selección justa y libre con las mejores calificaciones para ser el próximo Presidente y Vicepresidente de los Estados Unidos.
José Venancio Berríos
Political Strategist
Int’l Consultant ProVoto
Corporate Foreign Atty.
jvberrios@aol.com
jvb@grupoberrios.com