ED-535 Nov. 2020 – 1934: Asalto a la Cooperativa del Gral. Sandino en Wiwilí. El 2 de Febrero de 1933 el Gral. Sandino aterrizó en Managua, un mes después de la salida de las tropas norteamericanas que ocuparon Nicaragua. Sandino estuvo 24 horas en Managua para reunirse con el Presidente Juan Bautista Sacasa y firmaron un acuerdo preliminar de paz que incluyó la creaciónj de una reserva auxiliar de cien hombres armados, fuerza militar que en el convenio se denominó Auxiliares de Emergencia. Pero el mismo Sandino confesó que tenía varios cientos de guerrilleros que se mantenían en campamentos en las montañas que rodeaban a la Cooperativa de Wiwilí, que era su cuartel principal. Ese acuerdo de paz fue llamado Concierto Armonioso. Los cien guerrilleros armados serían pagados por el gobierno de Nicaragua.
La Cooperativa de Wiwilí era un complejo destinado a la explotación agropecuaria y aurífera a nivel de güiriseros, con lavaderos de oro en los ríos y futuros planes para la minería a escala. La idea principal era que esa Cooperativa proporcionara trabajo a los hombres que habían integrado y combatido en el Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua, EDSNN, y tuvieran una fuente de trabajo y vida junto con sus familias. Semanas antes del asesinato del Gral. Sandino, el Gral. Somoza García, o un poder que podía utilizar su nombre, había ordenado a varios contingentes de la Guardia Nacional, planificar el asalto a la Cooperativa de Wiwilí. El asalto era una complicada operación militar que requería una considerable fuerza expedicionaria por la lejanía del objetivo y la cantidad de guerrilleros armados y experimentados que la rodeaban para protegerla precisamente de posible ataques de la Guardia Nacional de Nicaragua. En el convenio firmado se especificaba que los Auxiliares de Emergencia debían entregar las armas un año después de la firma de la paz.
Ese año se cumplió el 17 de Febrero de 1934, sin embargo, Sandino, se negó a entregar las armas a la Guardia Nacional, aduciendo que la Guardia era inconstitucional, pero también por supervivencia y seguridad, cualquier pretexto servía para no rendir las armas. Esto era una verdad incuestionable, pero también era verdad que la Guardia Nacional era una poderosa maquinaria militar integrada por soldados bien entrenados, mejor armados, fogueados en los cinco años y cinco meses de guerra y, lo que era más grave, seguían considerando al ejército de Sandino como sus peores enemigos y estaban decididos a aniquilar hasta el último miembro del EDSNN, y esta realidad era la que el Gral. Augusto C. Sandino tenía más en cuenta para no entregar las armas. La primera vez que Sandino expuso el proyecto de la Cooperativa fue el 20 de Enero de 1933, en repuesta al Dr. Juan Bautista Sacasa, cuando éste tenía menos de un mes de haber tomado posesión como Presidente y envió a don Sofonías Salvatierra como emisario ante el Gral. Sandino para iniciar pláticas conducentes a establecer la paz, por consejos que le había dado el Cnel. Stimson en Washington.
Las tropas de la Infantería de Marina de Estados Unidos ya habían abandonado Nicaragua y había finalizado la ocupación militar norteamericana en Nicaragua, después de veinte años de ocupación, desde 1912, menos una pausa de 17 meses, y más de cinco años de guerra contra el Ejército Defensor de la Soberanía Nacional comandado por Sandino. Estando en plena montaña, Salvatierra recibió de manos de Sandino, las condiciones que el jefe rebelde tituló Protocolo de paz, entregándoselo a don Sofonías para llevárselo al Presidente Sacasa. Sandino claramente proponía en este Protocolo de Paz, la creación de un Estado dentro de otro Estado. Esto tiene que haber llamado la atención del gobierno norteamericano, pues el mismo Sandino anunciaba su intención de permanecer legalmente armado y controlar militar y civilmente el territorio de tres extensos departamentos del Norte de Nicaragua, que era permitir una especie subrepública con un gobierno hostil a Estados Unidos. También el Gral. Sandino estaba haciendo una especie de reclamo de reconocimiento para él y su ejército, después de los años de lucha armada por la soberanía de Nicaragua, con grandes privaciones y sacrificios, que desde el fin de la guerra fueron ignorados por la clase política de Nicaragua, por los empresarios privados y, lo más grave, también ignorado por el pueblo nicaragüense.
Nada de eso logró Sandino en el Acuerdo Armonioso que firmó con Sacasa en Febrero de 1933 en su primer viaje a Managua a bordo del avión Tomochic, viaje que duró 24 horas. Hubo mucha ingenuidad en el Acuerdo Armonioso, pues ignoró totalmente a la Guardia Nacional, o presuponía que el Presidente Sacasa era realmente el jefe supremo de la Guardia, un ejército bien entrenado, mejor armado, y ansioso de aniquilar al ejército de Sandino. La Guardia Nacional nunca se sometió a la autoridad de Sacasa. Y después del asesinato del Gral. Sandino, los Guardias estaban ansiosos de atacar la Cooperativa de Wiwilí que consideraban un bastión militar que debía ser asaltado, tomado y devastado, estuviese o no de acuerdo el Presidente de la República. El asalto y destrucción de la Cooperativa Agrícola de Wiwilí, era un epílogo lógico y previsible tras el asesinato de Sandino. El mismo Gral. Sandino era impolítico en sus declaraciones y comunicaciones escritas.
En carta del 7 de Agosto de 1933, dirigida al Presidente Sacasa, le confesó imprudentemente: –«…tenemos un poco más de 600 hombres escalonados en estas montañas… las armas percibidas, que le avisamos en vez pasada, ascienden a 500 equipos que pertenecieron a la revolución hondureña…» Este documento firmado por Sandino contenía información que con seguridad llegó a los servicios de inteligencia de la Guardia Nacional, que continuaba asesorada por norteamericanos, agentes acreditados como diplomáticos de la legación que eran antecesores de lo que actualmente son los agentes de inteligencia de la CIA (Central Intelligence Agency), que están en todas las Embajadas. En las filas del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional el asesinato del Gral. Sandino necesariamente causó un cambio radicalmente negativo. Para el EDSNN fue un golpe definitivamente demoledor. Al conocerse la caída del líder, del capitán, del portador de la mística, el pánico se apoderó de casi todos los soldados y oficiales del EDSNN y sus familias. Sabían y presentían el peligro proveniente de sus enemigos naturales: la Guardia Nacional, sedienta de venganza, no perdió la ventaja surgida la noche del 21 de Febrero de 1934.
Somoza había informado al Ministro norteamericano, Lane sobre los preparativos para el asalto a la Cooperativa de Wiwilí, pero tuvo el cuidado de no informarle nada de esto al Presidente Sacasa. Para confirmar lo anterior y por su importancia documental, transcribimos literalmente el informe que el Ministro Arthur Bliss Lane envió al Secretario de Estado Cordell Hull, muy fiel a la realidad del texto en inglés: –«817.00/7939.- El Ministro en Nicaragua (Lane) al Secre-tario de Estado (Hull). Managua, Febrero 22, 1934. 5 a.-m. (Recibido 11:20 a.m.). 57.- Anoche 21 de Febrero, a eso de las 11 p.m., se oyó fuego de ametralladoras cerca de la residencia de la Legación»… «Fui informado que el Gral. Somoza había dado órdenes a la Guardia Nacional de concentrarse en Wiwilí con el fin de lograr la rendición de los sandinistas, y en caso que esto fuese imposible, exterminarles…» Consumado el asesinato del Gral. Sandino la Guardia Nacional de Nicaragua procedió a la campaña de destruir hasta el último vestigio que quedaba del ejército de Sandino.
Y ese último vestigio era la Cooperativa Agrícola de Wiwilí. Las tropas de la Guardia Nacional no estaban cerca de Wiwilí, sino en Ocotal y Jinotega. A estas poblaciones se refieren tanto Sandino como Somoza cuando hablan que se está rodeando la Cooperativa. La misma noche del asesinato de Sandino, los contingentes de la Guardia Nacional acantonados en Las Segovias recibieron órdenes de movilizarse para iniciar las operaciones contra la Cooperativa de Wiwilí. Es digno de mucha atención y análisis el hecho de que la Comandancia de la Guardia enviara órdenes cifradas a los Comandos G.N. de Las Segovias la propia noche del 21 de Febrero, cuando todavía no le habían llevado el cadaver de Sandino a Somoza. Esta eficiencia extrema solamente se puede explicar si Somoza, días antes de las ejecuciones hubiese preparado las órdenes para ser codificadas y transmitidas después de las ejecuciones, pero a la hora en que las órdenes fueron transmitidas, casi nadie sabía de lo inmediato que estaba por cometerse el asesinato de Sandino, ni aún el que firmaba las órdenes contra la Cooperativa. La otra posibilidad es que existiera otra autoridad paralela, reconocida y aceptada por Somoza para que emitiera esas órdenes. El testimonio de uno de los oficiales de la Guardia Nacional que fue estuvo entre el grupo de inteligencia como líder, el Tnte. GN Edmundo Delgado Baldizón en su libro autobiográfico «Juan Matagalpa», literalmente dice: –«El 21 de Febrero de 1934, a medianoche, se recibió un mensaje cifrado en el cuartel de la Guardia Nacional de Jinotega, dirigido al comandante del área Cnel. G.N. J. Rigoberto Reyes, procedente del Cuartel General de la Guardia Nacional y firmado por el Oficial G.N.1, Cptn. Carlos Tellería.
Inmediatamente nos pusimos a descifrarlo el Coronel Reyes y yo, porque yo estaba más familiarizado con las claves. El mensaje en su parte medular, decía: “Proceda inmediatamente a la captura de los cuarteles de Wiwilí, destruyendo toda oposición enemiga y tomando posesión de todas las edificaciones militares y completo control de la población civil. Ahora mismo destaque una patrulla con todo lo que tenga y espere refuerzos de todos los puestos de guardia a media distancia para proceder al ataque, que será de destrucción total a las instalaciones de Sandino”». Varios detalles deben analizarse de este mensaje ordenando acción punitiva. No puede haber sido enviado por Somoza, pues a esa hora ni siquiera le habían llevado el cadaver de Sandino al Campo de Marte para constatar su muerte. Tampoco tuvo tiempo de preparar ni enviar mensaje de ninguna clase, pues estaba inmerso totalmente en el asesinato de Sandino. Sin embargo, fue preparado, codificado en clave y enviado el mensaje con la firma del Oficial G.N.-1 Cptn. Carlos Tellería, que era uno de los oficiales encerrados en el Campo de Marte.
Esto induce a sospechar que alguien más que Somoza tomaba decisiones, tenía autoridad para impartir órdenes y la mecánica para enviarlas codificadas por el sistema telegráfico de la Guardia Nacional, y ese alguien no podía ser el Cptn. Carlos Tellería. El texto del mensaje califica de «cuarteles militares de Wiwilí», lo que supone información de inteligencia, lo mismo que cuando menciona «tomando posesión de todas las edificaciones militares». Sin duda alguien tenía información del interior de la Cooperativa había cuarteles y edificaciones militares, lo cual finalmente resultó parcialmente cierto. En la fecha y hora del mensaje cifrado, Sandino tenía una hora de haber sido fusilado. Muy pocos individuos sabían de la ejecución del Gral. Sandino, en realidad solamente la conocían los ejecutores, pues aunque Somoza escuchó las balaceras, no sabía con certeza que ello significara la muerte de Sandino, sino hasta que le llevaron el cadaver, pero a esa hora ya se había enviado el mensaje cifrado. ¿Quienes más podían estar dirigiendo las operaciones? No es imposible que haya sido la inteligencia norteamericana.
El mensaje no lo recibió solamente en Comando G.N. de Jinotega, sino que también fue enviado al Comando del Area Norte con cuartel en Ocotal bajo el mando del Mayor G.N. Alberto María Baca, y en otros comandos de la Zona Norte. Desde Jinotega a Wiwilí, en línea recta, hay poco más de 60 kilómetros, pero los caminos en la montaña no van en línea recta, sino con múltiples sinuosidades, cañadas, ríos y el peligro de emboscadas. De modo que la Cooperativa de Wiwilí no estaba en el vecindario cercano, sino que para llegar a ella se requería un plan de guerra que tomaría días de marchas expedicionarias. Del otro comando de Ocotal a Wiwilí la distancia en línea recta es mayor a los 70 kilómetros y con similares obstáculos. Exponemos esto, porque lo que se ha escrito sobre este asalto a la Cooperativa de Wiwilí, se ha presentado como una acción sencilla, fácil y rápida, haciendo énfasis en la crueldad y masacre de las patrullas de la Guardia Nacional, como si las columnas de los guerrilleros sandinistas estuvieran desarmados y esperando que los masacraran. Eso no coincide con la experiencia y el coraje de guerrilleros de primer orden que todos le reconocen a los soldados de Sandino, pero esas son las tácticas de la propaganda comunista. Tácticas que son un insulto a la inteligencia.
El Tnte. Edmundo Delgado organizó una patrulla en Jinotega con 60 Guardias experimentados en la guerra. A las 2:00 de la madrugada del 22 de Febrero de 1934, a la misma hora que estaba siendo enterrado Sandino, la compañía de Guardias salió de Jinotega bajo el mando del Tnte. Delgado con rumbo a la Quinta Guadalupe que era una de las residencias de Sandino. La patrulla llegó a la Quinta amaneciendo y capturó a todos los residentes que estaban bajo el mando de Santiago Dietrich que al ser interrogado dijo que su misión era ciudar las mulas, los caballos y esperar cuando el Gral. Sandino llegara. En realidad Dietrich era muy joven, pero experimentado guerrillero de los originales 30 que comenzaron con Sandino. La Guardia incautó todos los animales para uso de la patrulla y dejaron otros para las patrullas de refuerzo, pero cuando buscaron a Dietrich, éste había desaparecido. Delgado, su sargento Herrera y todos los Guardias comprendieron que Dietrich iba rumbo a Wiwilí a dar la alarma del avance de la Guardia Nacional. El factor sorpresa se había perdido. La patrulla continuó avanzando con más precaución previniendo una emboscada.
En el camino capturaron a un jinete de nombre Pablo Cisne, interrogado dijo que en la propia Cooperativa no había mucha gente armada, solamente cuando llegaba Sandino, pero que fuera de la Cooperativa había varios campamentos con guerrilleros bien armados, principalmente en el caño llamado La Palma, antes de la confluencia del río Wiwilí con el río Coco. Dijo conocer perfectamente la región. El Tnte. Edmundo Delgado le obligó a servir de guía bajo amenaza de muerte si mentía o los metía en una emboscada. –«Si caemos en una emboscada, vos serás el primer muerto». Guiados por Cisne la patrulla siguió adelante, cruzaron el río Coco, lo remontaron hasta un lugar llamado Paso de las Piedras, y en este lugar esperaron a las otras patrullas de la Guardia. El teniente puso centinelas y una emboscada. Era el 23 de Febrero de 1934, apenas habían transcurrido 48 horas del asesinato del Gral. Sandino. Al día siguiente un guerrillero de Sandino de apellido Rugama cayó en la emboscada, en su informe del interrogatorio el Tnte. Delgado reportó: –«Rugama venía completamente armado, era muy valiente y nada cooperativo, pero le saqué que en la Cooperativa de Wiwilí ya se sabía que el Gral. Sandino había sido asesinado por la Guardia Nacional en Managua; que varias patrullas de la Guardia estaban en camino para atacar Wiwilí y que a él lo habían mandado a Quilalí para que informara a los jefes rebeldes de esa zona para que estuvieran preparados». Por las declaraciones de Rugama quedó bien establecido que el asalto ya no sería ninguna sorpresa y que las patrullas de la Guardia debían prepararse para fuertes combates. La noche del 24 de Febrero la patrulla durmió en el mismo Paso de las Piedras.
El 25 de Febrero llegó el Cnel. Rigoberto Reyes Aráuz al mando de una patrulla con 60 Guardias y 4 oficiales y dio órdenes de esperar al contingente que venía de Ocotal bajo el mando del Mayor Alberto María Baca y como segundo el Cptn. Hermógenes Prado. A las 3:00 de la tarde del mismo 25 de Febrero llegó la vanguardia del contingente de Ocotal y seguidamente fueron llegando el resto de las patrullas de Ocotal, con muchas mulas y ametralladoras pesadas, Las patrullas de Ocotal la integraban cerca de 100 Guardias con sus oficiales. De modo que el total de los tres contingentes de la Guardia sumaban 220 soldados más los oficiales. Una fuerza militar de esa magnitud solamente significa que la Guardia esperaba fuerte resistencia. La gente que estaba en la Cooperativa de Wiwilí ya estaba informada de la muerte de Sandino y eso podía incidir negativamente en la moral combativa de sus tropas, o sea haberlas desmoralizado. Pero también haberles enardecido el asesinato de su jefe.
Todo dependería de que Sandino hubiese tenido un sucesor con liderazgo y caracter. En la Cooperativa hubo movilización. El Cnel. EDSNN Abraham Rivera y el Gral. EDSNN Ismael Peralta, después de ser informados del asesinato del Gral. Sandino, y que una gran fuerza de la Guardia Nacional se les venía encima, decidieron no combatir a la Guardia y ordenaron la evacuación de la Cooperativa, especialmente de mujeres, niños, familias y también de los combatientes, lo cual fue una medida razonable, pues no se quedarían esperando ser masacrados mansamente, lo cual hubiera sido estúpido. En numerosos pipantes embarcaron a mujeres y niños río Coco abajo, quedando en los pipantes de retaguardia el Cnel. Abraham Rivera Rivera y combatientes armados, para cubrir la retirada. La muerte de Sandino fue un hecho que les afectó negativamente la moral combativa. Por la otra parte, previniendo no ser sorprendidos por emboscadas de los rebeldes, los jefes de la Guardia organizaron tres grupos: la patrulla del Tnte. Delgado a la vanguardia, la patrulla del Cnel. Reyes a continuación a distancia prudencial y la patrulla del Mayor Baca a la retaguardia. En ese orden marcharon muy temprano la mañana del 26 de Febrero, con precauciones para no caer en una emboscada. Llegaron al borde del río Coco, frente al lugar llamado Pata Blanca, donde se veían algunas casas y movimiento, pero era necesario vadear primero el río.
El Tnte. Edmundo Delgado mandó de puntero a su guía forzado, Pablo Cisne acompañado y custodiado por el Raso G.N. Tano Olivas para que cruzaran el río sigilosamente. Una vez que lo hicieron, vadeó el río el primer grupo de 20 Guardias, luego dos grupos más de 20 Guardias. Rodearon las casas de Pata Blanca y el Sgto. Herrera gritó: –«¡¡Ríndanse todos. La Guardia Nacional!!» Un hombre corrió huyendo y el Sgto. Herrera lo mató con una ráfaga de su ametralladora. No hay informes de cuánta gente armada había en las casas ni qué destino tuvieron, pero es de suponer que fueron ejecutados. Pata Blanca distaba 5 kilómetros de la Cooperativa de Wiwilí. En Pata Blanca esperaron a las otras dos patrullas. La de retaguardia del Mayor Baca terminó de cruzar el río como a las 3:00 de la tarde. A partir de ese lugar, se organizó una segunda patrulla del 60 Guardias que iría también en la vanguardia, paralela a la de Delgado. Esa segunda patrulla fue puesta bajo el mando del Tnte. G.N. Rodolfo Dorn. En Pata Blanca se quedaron el Cnel. J. Rigoberto Reyes, el Mayor Alberto María Baca y las patrullas de Ocotal, esperando los resultados de lo que se suponía sería un fuerte combate o al menos la balacera de un encuentro armado.
Las dos patrullas se fueron aproximando a la Cooperativa, cuando llevaban menos de una hora de marcha, sonó un balazo disparado por un Guardia de la patrulla del Tnte. Dorn y el guía Pablo Cisne, de la patrulla del Tnte. Delgado, el hombre que trabajaba en los tabacales de Sandino y que iba obligado a servir de guía, cayó muerto, precisamente cuando las patrullas de la Guardia estaban por llegar a la Cooperativa y ya sus servicios no eran necesarios. El informe oficial señaló que el Guardia lo confundió porque iba vestido de civil, lo cual es poco creíble. En todo caso el balazo había resonado en el eco de las montañas cercanas y seguramente escuchado en la Cooperativa. A las 5:30 de la tarde por fin las patrullas llegaron enfrente de la Cooperativa, la rodearon y estuvieron observando mientras había algo de la luz del ocaso. Súbitamente la patrulla del Tnte. Dorn desató un sonoro caudal de fuego de todas las armas que llevaba su patrulla disparándolas sobre los ranchos de la Cooperativa. El Tnte. Delgado disparó unas candelas de bengala para señalarle a la otra patrulla dónde estaban ubicados para evitar que en el intenso fuego mataran a los Guardias. La balacera iniciada por la patrulla del Tnte Rodolfo Dorn fue justificada diciendo que los Guardias vieron correrse a unos individuos, pero después no encontraron a nadie, sino que fue producto de la tensión nerviosa, pues los Guardias esperaban encontrar fuerte resistencia.
Terminado el tableteo de las ametralladoras, las dos patrullas entraron al interior de la Cooperativa registrando cada rincón, pero no encontraron a nadie. Con el alboroto de la balacera, las patrullas de Ocotal que estaban en Pata Blanca llegaron a paso doble y se unieron a las de vanguardia en la ranchería de la Cooperativa. Los dos tenientes Delgado y Dorn con el Sgto. Herrera y 30 Guardias se fueron esa misma noche del 26 de Febrero a explorar río Coco abajo. Como a un kilómetro llegaron al Caño La Bufona donde encontraron 50 latas de gasolina, 10 motores Johnson fuera de borda en sus cajas y una piara de cerdos en un improvisado corral, pero no encontraron a ninguna persona. Todo indica que en la huida no lograron llevarse todo lo que necesitaban, y era seguro que se dirigían río abajo. Delgado y Dorn con la patrulla exploradora regresaron a la Cooperativa, donde el Cnel. Rigoberto Reyes y el Mayor Alberto Baca ya habían organizado un puesto de mando y centinelas de vigilancia.
Al día siguiente continuaron explorando los alrededores. En un lugar llamado Kitris encontraron tres casas abandonadas donde habían almacenadas gran cantidad de libros y sacos con documentos de Sandino. Dejaron abandonados los libros, pero se llevaron lo que sin duda eran los archivos del EDSNN que después fueron utilizados, parcialmente, para la edición del libro El Calvario de Las Segovias o El verdadero Sandino, que escribieron los tenientes G.N. Domingo Ibarra Grijalva y Guillermo E. Cuadra, pero que firmó Somoza García como si fuese el autor. El asalto a la Cooperativa Agrícola de Wiwilí había concluido. Era el 27 de Febrero de 1934, seis días después del asesinato de Sandino y fecha del fin del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional, EDSNN. Los oficiales se dedicaron a tomarse fotos. En una de ellas aparecen dos civiles que parecen norteamericanos y las fotos aparecieron en los Archivos Nacionales de EE.UU. en Washington, con anotaciones en inglés. Una de estas patrullas, bajando el río Coco, pocos días después, recibieron informes de un delator, revelando que en la desembocadura del río Yamales al río Coco, estaba escondido el Cnel. Abraham Rivera Rivera, que era el Comandante de la Cooperativa en ausencia de Sandino. La patrulla llegó a la confluencia del río Yamales, y en un recodo lograron capturar al Cnel. EDSN Abraham Rivera en compañía de su esposa Petrona Irías, y de una atractiva muchacha llamada Angelita González, mencionada como amante del Gral. Sandino. Los tres fueron fusilados sumariamente y enterrados en Playa Hermosa, lugar en la vega del río Coco, Wanky o Segovia. La versión falsa que se ha divulgado desde 1934, es que la Guardia Nacional asaltó por sorpresa las instalaciones de la Cooperativa Agrícola de Wiwilí y masacraron a 300 personas que se encontraban en ella: mujeres, niños, familias y guerrilleros del EDSNN.
No es lógico aceptar esta versión porque sería admitir que guerrilleros de montaña altamente experimentados en la guerra y expertos en emboscadas, capaces de haber sostenido una guerra que duró casi tanto como la Segunda Guerra Mundial, nada menos que contra la fuerza combinada de la Infantería de Marina de Estados Unidos más las tropas de la Guardia Nacional, no hubiesen detectado la aproximación de un gran contingente de la Guardia Nacional, y se quedaran esperando ser masacrados como idiotas, por decir lo menos, actitud totalmente contraria a la razón. La idea de esta versión falsa fue hacer propaganda política contra la desaparecida Guardia Nacional, sin reparar que también insultaron el prestigio y la capacidad combativa de los guerrilleros rebeldes del EDSNN y del Gral. Sandino. Aceptar esta versión para tarados, es irrespetar los hechos históricos y también insultar a la inteligencia. FOTOS DE LA PAGINA 5-A: -FOTO SUPERIOR.- Dos misteriosos personajes sajones, presumiblemente de la inteligencia norteamericana y un oficial de la Guardia Nacional, frente a las instala-ciones al concluir la ocupación de la Cooperativa Wiwilí que estaba totalmente vacía. -FOTO INFERIOR- De pié: 1-Cptn. Hermógenes Prado, 2-Cptn. Leo Salazar, 3-Cnel. Rigoberto Reyes y 4-Mayor Alberto M. Baca. En cuclas: 5-Tnte. Rodolfo Dorn. 6-Sgto. César Herrera y 7-Tnte. Edmundo Delgado principales protagonistas del asalto y toma de la Cooperativa Wiwilí. FOTOS DE ESTA PÁGINA: -Dos aspectos de la Cooperativa Agrícola de Wiwilí, en fotos obtenidas del Archivo de la Infantería de Marina con indicaciones en inglés. La cooperativa estuvo ubicada al borde del río Coco, Wanky o Segovia, en el departamento de Nueva Segovia, 60 kilómetros al Norte de la ciudad de Jinotega y más de 70 kilómetros al Oeste de la ciudad de Ocotal, de donde partieron las patrullas de la Guardia Nacional para el asalto al último bastión del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua, operación que concluyó el 27 de Febrero de 1934.