La Voz de América concedió importante relevancia a varias organizaciones de La sociedad civil de Nicaragua fueron invitadas al foro regional que organiza Estados Unidos estos días en Los Ángeles en la Cumbre de las Américas.
Activistas, periodistas y defensores de los derechos humanos nicaragüenses acudieron a la IX Cumbre de las Américas para denunciar las problemáticas que sufre el país en materia de libertad de expresión y derechos humanos bajo el régimen de Ortega.
Los gobiernos de Nicaragua, Cuba, Venezuela no fueron invitados a la cita a la IX Cumbre de las Américas, pero sí numerosas organizaciones de la sociedad civil.
En Nicaragua «se han realizado innumerables amenazas, hostigamientos, persecución y criminalización utilizando leyes represivas, como la Ley de Agentes Extranjeros, la Ley de Lavado de Activos o recientemente la ley de organizaciones sin fines de lucro», dijo a la Voz de América Wendy Flores, defensora del Colectivo de Derechos Humanos Nunca+.
«Estamos ante una situación de un régimen que quiere ver a Nicaragua como si ellos son el señor feudal y la señora feudal y nosotros los vasallos. Pero esta sociedad civil no se doblega», agregó la activista y exiliada Haydée Castillo, al referirse a la pareja presidencial.
El presidente de la Fundación del Río, Amaru Ruíz, denunció ataques y violaciones contra los derechos humanos de los indígenas y afrodescendientes.
«Los pueblos indígenas y afrodescendientes de Nicaragua conservan más del 51% de los bosques de Nicaragua. Por eso la importancia de elevar sus luchas y elevar su demanda», enfatizó Amaru Ruíz.
Ese sentimiento estuvo reforzado por el testimonio de Lenner Fonseca, del Consejo Nacional del Movimiento Campesino, que vivió de primera mano la persecución y encarcelación que hoy lo obligaron a vivir en el exilio.
Alzar su voz le costó ir a la cárcel en Nicaragua, dijo Lenner Fonseca, quien ahora no ha dudado en sumarse a sus compatriotas para expresar sus pesares en las calles de Los Ángeles, donde se dieron cita algunas de las principales personalidades del continente con motivo de la Cumbre de las Américas.
Francisca Ramírez, Doña Chica, líder campesina exiliada en Costa Rica, estuvo en uno de los foros paralelos al foro y resaltó la importancia de su invitación.
«Los nicaragüenses que estamos en el exilio lo menos que podemos perder es la esperanza, pese a que en Nicaragua hay un pueblo secuestrado. Quienes podemos hablar tenemos que alzar nuestra voz», dijo a la Voz de América, VOA, Doña Chica Ramírez, y agregó que realizó demandas a nombre de campesinos que se encuentran detenidos bajo la justicia afín a Ortega.
Ligia Gómez, de la organización independiente Urnas Abiertas, también participó en uno de los paneles del foro «exponiendo el tema del exterminio a la democracia en Nicaragua y cómo el régimen ha cancelado todos los canales democráticos y ha cambiado todas las reglas del juego».
El secretario de Estado estadounidense, Anthony Blinken, dijo en una entrevista a CNN que los activistas «son más representativos de sus pueblos que los mandatarios que no se invitaron de Cuba, Venezuela y Nicaragua».
Ortega criticó a mediados de mayo a la Cumbre de las Américas y dijo que no le interesaba asistir: –«Es una vergüenza lo que están haciendo los gobernantes yankees con esta cumbre», agregó Ortega: «Tenemos que hacernos respetar, no le podemos estar pidiendo al yankee, o rogándole, que queremos ir a su cumbre».
El exembajador de Nicaragua en la OEA Arturo McFields también considera que con la invitación a los organismos de la sociedad civil «se envió un mensaje fuerte. Se invitó a la sociedad civil, a los defensores de derechos humanos, a los periodistas, a los opositores, a los exiliados (…) y han alzado su voz a favor de la liberación de los presos políticos, de la democracia, del respeto a la libertad de expresión, al Estado de derecho, y esas son las voces que se han escuchado», dijo el ex diplomático McFields a la Voz de América.
En Nicaragua Ortega ha empezado una feroz persecución contra organizaciones de la sociedad civil desde el año 2018. A la fecha se han cancelado unas 800 organizaciones no gubernamentales y analistas han denunciado «una demolición» a la libre reunión.