
Resumen del Capítulo 20 del Primer Tomo del libro «Historia de la Guardia Nacional de Nicaragua» por el Lic. Nicolás López Maltez.

(ED-579 Julio 2024). 1934: Asalto a la Cooperativa de Sandino en Wiwilí. Semanas antes del asesinato del Gral. Sandino, el Gral. Somoza García, había ordenado a varios contingentes de la Guardia Nacional, planificar el asalto a la Cooperativa que Sandino había construido a la orilla del río Coco, cerca de Wiwilí. La Cooperativa era un complejo destinado a la explotación agropecuaria y aurífera a nivel de güiriseros, con lavaderos de oro en los ríos y futuros planes para la minería a escala.
La idea principal era que esa Cooperativa proporcionara trabajo y educación a los hombres que habían integrado y combatido en el Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua, EDSNN, y tuvieran una fuente de trabajo y vida junto con sus familias. Al mismo tiempo, y para defensa de la Cooperativa, en el Convenio de Paz firmado entre el Gral. Sandino y el Presidente Sacasa, se acordó la formación de un cuerpo armado de 100 hombres autorizados y garantizados por el Convenio, y pagados por el gobierno, pero debían entregar sus armas un año después de la firma de la paz.

Ese año se cumplió el 17 de Febrero de 1934, sin embargo, Sandino, con mucha lógica, se negó a entregar sus armas a la Guardia Nacional, aduciendo que esta institución armada era inconstitucional, pero también por supervivencia, cualquier pretexto servía para no rendir las armas.
Esto era una verdad incuestionable, pero también era verdad que la Guardia Nacional era una poderosa maquinaria militar integrada por soldados bien entrenados, mejor armados, fogueados en los cinco años y cinco meses de guerra y, lo que era más grave, seguían considerando al ejército de Sandino como sus peores enemigos y estaban decididos a aniquilar hasta el último miembro del EDSNN, y esta realidad era la que el Gral. Augusto C. Sandino tenía más en cuenta para no entregar las armas. En esas condiciones, el ejército de Sandino es lo que menos parece a un ejército victorioso, como los que gustan decir que el ejército de Sandino expulsó a los invasores norteamericanos.

Triunfar significa conquistar el poder y establecerse como única fuerza de un país, y eso Sandino no pudo lograrlo. Conservar una fuerza militar para seguridad propia y de sus soldados, es lo que el Gral. Sandino buscó, sobre todo teniendo frente a sus hombres a las capacitadas tropas enemigas de la Guardia Nacional. En las filas del ejército de Sandino, el asesinato del Gral. Sandino fue un golpe definitivamente demoledor. Al conocerse la caída el líder el pánico se apoderó del ejército rebelde y sus familias. Sabían y presentían el peligro proveniente de sus enemigos naturales: la Guardia Nacional, sedienta de venganza, no perdió la ventaja surgida la noche del 21 de Febrero de 1934. El Gral. Somoza había informado al Ministro norteamericano, Bliss Lane, sobre los preparativos para el asalto a la Cooperativa de Wiwilí, y Lane lo reportó a Washington.
Consumado el asesinato de Sandino y sus generales el 21 de febrero de 1934, la Guardia Nacionalprocedió a la campaña de destruir hasta el último vestigio que quedaba de Sandino. Y el último vestigio era la Cooperativa de Wiwilí. Los contingentes de la Guardia que se prepararon para atacar y asaltar la Cooperativa no estaban en las afueras del cerco de Wiwilí, mucho menos a la vista de los soldados de Sandino, sino en los pueblos no tan cercanos, Ocotal y Jinotega. La misma que fue asesinado Sandino los contingentes de la Guardia acantonados en Ocotal y Jinotega recibieron órdenes de movilizarse para los ataques a las instalaciones de la Cooperativa en Wiwilí.


Desde Jinotega a Wiwilí, en línea recta, hay poco más de 60 kilómetros, pero los caminos en la montaña no van rectos, sino con múltiples sinuosidades, cañadas, ríos y el peligro de emboscadas. De modo que la Cooperativa no estaba en el vecindario cercano y de fácil acceso, sino que para llegar a ella se requería un plan de guerra que tomaría días de marchas. Desde Ocotal a Wiwilí la distancia en línea recta es mayor a los 70 kilómetros y con similares obstáculos.
En la absurda propaganda que se ha escrito sobre el asalto a la Cooperativa de Wiwilí, se ha presentado como una acción sencilla, fácil y rápida, haciendo énfasis en la supuesta «masacre de la Guardia», algo que no ocurrió, porque las columnas del todavía existente ejército de Sandino en la Cooperativa tenía gente armada y no estaban amarrados esperando mansamente ser masacrados. El Cnel. José Rigoberto Reyes, comandante de Jinotega, inmediatamente después de recibir la orden de asalto, ordenó al Tnte. G.N. Edmundo Delgado que saliera al mando de una patrulla «con todo lo que tengamos disponible».
El Tnte. Delgado organizó una patrulla de 60 Guardias experimentados en la guerra de los que habían pertenecido a la famosa Compañía M. Como Sargento Primero fue nombrado César Herrera, G.N. No.8, uno de los fundadores de la Guardia en 1925 sargento de la Compañía M. A las 2:00 de la madrugada del 22 de Febrero de 1934, a la misma hora que estaba siendo enterrado Sandino, la compañía de Guardias salió bajo el mando del Tnte. Delgado con rumbo a la Cooperativa.
La patrulla llegó amaneciendo a la Quinta Guadalupe, cuartel general de Sandino, rodearon la casa e instalaciones. El Tnte. Delgado ordenó a todos salir y hacer una fila. Solamente habían mujeres, niños, un anciano y un joven de apellido Dietrich que fue interrogado por Delgado y le dijo que su misión era cuidar las mulas para cuando cuando al Gral. Sandino llegara. La Guardia incautó todos los animales, tomaron varios para uso de la patrulla y dejaron otros para las patrullas que debían llegar después como refuerzos, pero cuando buscaron a Dietrich, éste había desaparecido.
Los Guardias comprendieron que Dietrich iba rumbo a Wiwilí a dar la alarma del avance de la Guardia. El factor sorpresa se había perdido. Este joven que se identificó como «cuidador de mulas», era Santiago Dietrich, uno de los 29 que iniciaron la lucha junto con Sandino en 1927, un verdadero combatiente estilo comando con 7 años de experiencia. Nada de eso logró sacarle en el interrogatorio el Tnte. Edmundo Delgado. A medida que la patrulla avanzaba, penetraba en territorio dominado por los rebeldes de Sandino, era territorio desconocido para la Guardia.
En dirección contraria a la patrulla G.N. venía a caballo Alberto Gadea, capitán del ejército de Sandino, quien al toparse con los Guardias bajó del caballo y huyó hacia el monte, pero un guardia lo mató con una ráfaga de ametralladora. Al registrar el cadaver le encontraron en un zapato una carta firmada por el Cnel. Abraham Rivera para ser entregada al señor Joaquín Lovo, agente secreto de Sandino en Jinotega.
El Cnel. Abraham Rivera un hombre muy educado y experimentado, era el Comandante en Jefe de la Cooperativa de Wiwilí en ausencia de Sandino. La patrulla continuó hacia el Norte, se detuvo en una finca a comer y comenzaron a escuchar lejanos y roncos zumbidos de cuernos, usados como trompetas, otros cuernos de vaca, más lejanos, parecían responder. Eran alarmas de la presencia de la patrulla de Guardias que sonaban seguramente alertados por Santiago Dietrich. El Tnte. Delgado ordenó estar preparados para no caer en emboscadas que creían les pondría el enemigo y decidieron esperar en ese punto a las patrullas que llegarían de refuerzo.
De pronto encontraron a otro jinete. Los Guardias le detuvieron, le bajaron del caballo, le desarmaron de su pistola .45 y le llevaron donde el Tnte. Delgado. En el interrogatorio reveló que se llamaba Pablo Cisne, originario de León y que cuidaba una plantación de tabaco que era del Gral. Sandino. Agregó tranquilamente que estaba esperando el regreso del Gral. Sandino, pues el Gral. Ismael Peralta le había dicho que Sandino estaría unos días fuera de Wiwilí.
En el interrogatorio, Pablo Cisne dijo que en la propia Cooperativa no había mucha gente armada, solamente cuando llegaba Sandino, pero que fuera de la Cooperativa había varios campamentos con soldados bien armados. Dijo conocer perfectamente la región y todos los caminos que llevaban a la Cooperativa de Wiwilí, como la palma de su mano. El Tnte. Edmundo Delgado le obligó a servir de guía bajo amenaza de muerte si mentía o los metía en una emboscada. «Si caemos en una emboscada, vos serás el primer muerto». La patrulla se detuvo a esperar en el Paso de las Piedras, camino a Wiwilí, a las otras patrullas de la Guardia. Delgado mandó a poner una emboscada.
Era el 23 de Febrero de 1934, apenas habían transcurrido 48 horas del asesinato del Gral. Sandino. El 24 de Febrero un guerrillero apellido Rugama cayó en la emboscada y fue capturado. Venía bien armado y pasó al interrogatorio del Tnte. Mundo Delgado y en su testimonio el teniente narró escribió: «Rugama venía bien armado, era muy valiente y nada cooperativo, pero le saqué que en la Cooperativa de Wiwilí ya se sabía que el Gral. Sandino había sido asesinado; que varias patrullas de la Guardia estaban en camino para atacar Wiwilí y que a él lo habían mandado a Quilalí para que informara a los jefes rebeldes de esa zona para que estuvieran preparados».
Delgado no menciona cuál fue el destino del guerrillero Rugama, por lo que no es aventurado suponer que fue sumariamente ejecutado. El 25 de Febrero llegó el Cnel. Rigoberto Reyes Aráuz al mando de una patrulla con 60 Guardias y 4 oficiales y dio órdenes de esperar al contingente que venía de Ocotal bajo el mando del Mayor Alberto María Baca y como segundo el Cptn. Hermógenes Prado.
A las 3:00 de la tarde del mismo 25 de Febrero llegó la vanguardia del contingente de Ocotal y después el resto de las patrullas de Ocotal que integraban cerca de 100 Guardias con sus oficiales. En total de los contingentes de la Guardia sumaron 220 soldados más los oficiales. Una fuerza militar de esa magnitud solamente significa que la Guardia esperaba enfrentarse a una fuerte resistencia.
Dentro de la Cooperativa hubo movilización. El Cnel. Abraham Rivera y el Gral. Ismael Peralta, después de ser informados del asesinato de Sandino, y que una gran fuerza de la Guardia se les venía encima, decidieron no combatir y ordenaron la evacuación de la Cooperativa, especialmente de mujeres, niños y también de los combatientes, lo cual fue una medida razonable, pues no se quedarían esperando ser masacrados mansamente, lo cual hubiera sido estúpido.
En numerosos pipantes embarcaron a mujeres y niños río Coco abajo, quedando en los pipantes de retaguardia el Cnel. Abraham Rivera Rivera y combatientes armados, para cubrir la retirada. La muerte de Sandino les afectó negativamente la moral combativa. Posiblemente por esto decidieron emprender urgentemente la retirada, protegiendo a la población civil, a sus familias. Se suponía que el Gral. Ismael Peralta prepararía una o varias emboscadas a las patrullas de la Guardia Nacional, tanto para retardar la llegada a la Cooperativa, como para tratar de frustrar el asalto, pero eso no ocurrió.
Precisamente previniendo no ser sorprendidos por emboscadas, los jefes del contingente de la Guardia organizaron tres grupos: la patrulla del Tnte. Delgado a la vanguardia, la patrulla del Cnel. Reyes a continuación y la patrulla del Mayor Baca a la retaguardia. Llegaron al borde del río Coco, frente al lugar llamado Pata Blanca, donde se veían algunas casas y movimiento, para vadear el río el Tnte.
Delgado mandó de puntero a su guía forzado, Pablo Cisne acompañado y custodiado por el Raso G.N. Tano Olivas, una vez que cruzaron el río , vadeó el río el primer grupo de 20 Guardias, luego dos grupos más. Rodearon las casas de Pata Blanca y el Sgto. Herrera gritó: «¡¡Ríndanse todos. La Guardia Nacional!!». Un hombre corrió huyendo y Herrera lo mató con una ráfaga.
No hay informes de cuánta gente armada había en las casas ni qué destino tuvieron, pero es de suponer que varios o muchos fueron ejecutados. Pata Blanca distaba 5 kilómetros de la Cooperativa de Wiwilí. En Pata Blanca esperaron a las otras patrullas. La de retaguardia del Mayor Baca terminó de cruzar el río a las 3:00 de la tarde. A partir de ese lugar, se organizó una segunda patrulla del 60 Guardias que iría también en la vanguardia, pero paralela a la de Delgado, bajo el mando del Tnte. Rodolfo Dorn.
En Pata Blanca se quedaron el Cnel. Reyes, el Mayor Baca y las patrullas de Ocotal, esperando los resultados de lo que se suponía sería un fuerte combate o al menos la balacera de un encuentro armado contra los rebeldes.
Las dos patrullas se fueron aproximando a la Cooperativa, cuando llevaban menos de una hora de marcha, sonó un balazo disparado por un Guardia de la patrulla del Tnte. Dorn y el guía Pablo Cisne, que trabajaba en los tabacales de Sandino y que iba obligado a servir de guía, cayó muerto. El informe oficial señaló que el Guardia lo confundió porque iba vestido de civil, lo cual es poco creíble.
Lo que parece lógico es que Cisne haya tratado de escapar. En todo caso el balazo había resonado en el eco de las montañas cercanas y seguramente escuchado en la Cooperativa. A las 5:30 de la tarde por fin las patrullas llegaron enfrente de la Cooperativa, la rodearon y estuvieron observando mientras había algo de la luz del ocaso. Súbitamente la patrulla del Tnte. Dorn desató un atronador caudal de fuego de todas las armas que llevaba su patrulla disparándolas sobre los ranchos de la Cooperativa.
El Tnte. Delgado encendió unas candelas de bengala para señalarle a la otra patrulla dónde estaban ubicados para evitar que en el intenso fuego mataran a los Guardias. La balacera fue justificada diciendo que los Guardias vieron correrse a unos individuos, pero no encontraron a nadie.
Terminado el tableteo de las ametralladoras, las dos patrullas entraron al interior de la Cooperativa registrando cada rincón, pero no encontraron a nadie. Con el alboroto de la balacera, las patrullas de Ocotal que estaban en Pata Blanca llegaron a paso doble y se unieron a las de vanguardia en la ranchería de la Cooperativa, dispuestos a participar del supuesto combate que nunca existió. Los dos tenientes Delgado y Dorn con el Sgto. Herrera y 30 Guardias se fueron esa misma noche del 26 de Febrero a explorar río Coco abajo.
Como a un kilómetro llegaron al Caño La Bufona donde encontraron 50 latas de gasolina, 10 motores fuera de borda Johnson en sus cajas y una piara de cerdos en un improvisado corral, pero no encontraron a ninguna persona. Todo indica que en la huida no lograron llevarse todo lo que necesitaban, y era seguro que se dirigían río Coco abajo, buscando la frontera con Honduras. Al día siguiente continuaron explorando un lugar llamado Kitris encontraron tres casas abandonadas donde habían almacenadas gran cantidad de libros y sacos con documentos de Sandino.
Se llevaron los archivos de Sandino. El asalto a la Cooperativa Agrícola de Wiwilí había concluido. Era el 27 de Febrero de 1934, habían transcurrido seis días después del asesinato de Sandino y fecha del fin del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua. Se giraron órdenes a los comandos de la Guardia en Puerto Cabezas y Cabo Gracias a Dios para que enviaran patrullas a remontar el río Coco buscando fugitivos. Se reportó un caso en que un teniente de apellido Montes se encontró un pipante grande como con 20 individuos y que sin advertencia los ametralló.
El Tnte Montes capturó a algunos, les interrogó y le dijeron que la mayor parte ya había cruzado la frontera con Honduras. El Cnel. Reyes y el Mayor Baca recibieron informes de un delator, revelando que en la desembocadura del río Yamales al río Coco, estaba escondido el Cnel. Abraham Rivera, Comandante de la Cooperativa. Una patrulla llogró capturar al Cnel. Abraham Rivera, a su esposa Petrona Irías, y a muchacha llamada Angelita González, mencionada como amante de Sandino. Los tres fueron fusilados y enterrados en Playa Hermosa, en la vega del río Coco.
que buena recopilación de información, me encanta leer este tipo de artículos porque nos ayudan a enriquecer nuestra historia nacional. mí agradecimiento personal a estos investigadores por tan excelente trabajo. 👌