LA HISTORIA DE LA TRAGEDIA DE ZOILAMÉRICA NARVÁEZ EN UN DOCUMENTAL DE LA CINEASTA NICARAGÜENSE LEONOR ZÚNIGA
El documental ofrece una mirada íntima del Caso Zoilamérica y explora el rol de las familias en los casos de abuso sexual. Exiliada se ha presentado en el Festival Hot Docs en Toronto, un evento dedicado al cine documental y una referencia en América del norte. La historia de Zoilamérica, considera la cineasta Leonor Zúniga, puede servir como un espejo para reflexionar sobre el actuar de la familia y de la sociedad. «Participar en esta cultura del silencio, de impunidad, que protege a los abusadores y castiga a las víctimas», señala la cineasta.
El documental muestra el momento que Daniel Ortega es acusado por su hijastra en 1998. Luego, en 2016, se presenta a una Zoilamérica exiliada en Costa Rica, con su hijo de 10 años, Giordano, quien sigue de cerca el instante en el que su padrastro y su madre se convirtieron en presidente y vicepresidenta de Nicaragua. A lo largo de la película, Leonor Zúniga hace una especie de paralelismo entre el abuso sexual y el abuso de poder político de Ortega, pero además expone la relación entre la protagonista y su hijo y cómo ésta ha sido marcada por las cicatrices de hace más de 25 años. Es una historia cargada de sentimientos, recuerdos y miedos. Es una historia de resiliencia y de lucha que puede resumirse en una frase de Zoilamérica: «Quiero que mi herencia sea el reconocimiento de que se puede realmente volver a empezar. Que sepan que jamás ni negocié mi verdad, ni me dejé vencer por ella, ni me quedé en el dolor».
El documental contiene momentos dramáticos y trágicos, como cuando la madre le dijo a Zoilamérica: –«Mirá, yo quiero que no me sigás destruyendo la vida. No sigás dejándote hacer cosas de Daniel. Él es un enfermo, pero vos te aprovechás de ese enfermo». La frase la recordó Zoilamérica Narváez Murillo, hijastra de Daniel Ortega, presidente de Nicaragua e hija de Rosario Murillo, vicepresidenta. Es el relato de lo que su madre le dijo cuando ella tenía 12 años y forma parte del documental Exiliada. En 24 minutos, el filme de la documentalista nicaragüense Leonor Zúniga, narra la historia de Zoilamérica, quien en 1998 denunció haber sido abusada sexualmente por su padrastro, el actual presidente de Nicaragua.
–«Rosario me decía que quería pedirle perdón al pueblo por tener una hija que había traicionado los principios del Frente Sandinista de Liberación Nacional». Las imágenes de archivo muestran a un Daniel Ortega hablando, con micrófono en mano, en un acto público tras la denuncia en su contra. Junto a él, aparece Rosario Murillo, llorando. El filme de Zúniga va y viene. De 1998 a 2016.
Zoilamérica tuvo que dejar Nicaragua en 2013, tras la persecución de su propia madre contra su entorno. En esa ocasión fue expulsado de Nicaragua hacia Costa Rica quien entonces era su pareja, el boliviano Carlos Ariñez Castel, a quien las autoridades acusaron de violar las leyes migratorias nicaragüenses. El hombre fue detenido durante horas por las autoridades de la Dirección de Migración de Nicaragua y la imagen de Zoilamérica esperando afuera de la institución alguna noticia de su compañero, con el rostro descompuesto por la angustia, conmovió al pueblo nicaragüense. Se trataba de un nuevo abuso de poder en su contra. Ella denunció en una entrevista con el periodico español El País una encarnizada persecución por parte del régimen de Ortega. Dijo en esa ocasión que el Ejecutivo sandinista había ahogado financieramente a la organización no gubernamental que Zoilamérica fundó: el Centro de Estudios Internacionales. «Me miran como un enemigo político», aseguró la mujer que causó un verdadero terremoto en la política nicaragüense tras la denuncia contra Ortega. «Soy víctima de una persecución del régimen», afirmó.
1998 fue un año clave en la vida política de Nicaragua —golpeada por desastres naturales y los desmanes de sus políticos—, no solo por la denuncia de Zoilamérica y sus consecuencias, sino porque Ortega comenzó una serie de negociaciones con el entonces presidente Arnoldo Alemán, que marcarían profundamente al que es considerado el país más pobre del continente después de Haití. Alemán fue acusado por corrupción, tras un fraude de decenas de millones de dólares al erario público. El ex mandatario enfrentaría un proceso judicial, pero saldría libre en gran parte gracias al llamado «pacto con Ortega»: las negociaciones secretas que permitirían a ambos caudillos salir airosos de sus encuentros con la justicia, Ortega por la acusación de violación y Alemán por los actos de corrupción que perpetró. Ese pacto consistió en repartirse los podres del Estado entre los dos —las cortes, la Fiscalía, la Procuraduría, los tribunales de cuentas, el tribunal electoral— con la finalidad de establecer un sistema en el que ambos serían elegidos en alternancia: Ortega le entregaría el poder a Alemán y viceversa.
Ortega rompió ese pacto en 2007, cuando tomó el poder en Nicaragua y se hizo con el control absoluto del Estado, imponiendo un régimen corrupto y autoritario, forjando una alianza con el sector privado, acallando a los críticos y desarrollando una gestión populista hacia los sectores más desfavorecidos. Además, se aseguró la obediencia de la Jefatura del Ejército y de la Policía Nacional y a golpe de decretos y corrupción estableció una relación directa con los mandos de seguridad, garantizándose su lealtad. Tras doce años de desmanes, los nicaragüenses mostraron su hartazgo en abril de 2018, cuando salieron a las calles en protestas masivas, exigiendo el fin del «orteguismo». Ortega respondió con un brutal represión dejando más de 300 cadáveres, llenando las cárceles con cientos de presos políticos y miles de heridos.
Exiliada, el documental, sale en un momento en el que Nicaragua se encuentra en medio de la peor crisis política desde el fin de la guerra civil de los años ochenta, durante el primer mandato de Ortega, quien ha manejado los hilos del poder en Nicaragua desde hace 40 años apoyado por las armas. La represión gubernamental, desatada el pasado abril 2018, que causó los más de 300 muertos constatados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), 700 presos políticos y miles de exiliados. Un informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) de la CIDH. señaló que durante la represión se habrían cometido crímenes de lesa humanidad. Justamente por eso es que Zúniga ha decidido no arriesgarse a presentar su documental en Nicaragua. «No tengo planes de presentarlo en Nicaragua porque no hay condiciones para hacerlo. Por cosas mucho menores hay gente que la meten a la cárcel o la hacen “desaparecer”», enfatizó. Tras el festival en Toronto, sin embargo, afirma que el documental será exhibido en otros países y luego estará disponible en línea. «Esta reflexión es para el mundo entero, pero para mí lo más importante es que llegue a los nicaragüenses», dijo.
Perfil de Leonor Zúniga Gutiérrez
En sus propias palabras: –«Vivo en el exilio desde julio de 2018, me fui de Nicaragua con mi esposo Camilo de Castro, quien también es cineasta y periodista anticorrupción. Nos fuimos por la situación de violencia en Nicaragua, teníamos información de que simpatizantes del FSLN querían hacerle daño a mi esposo, yo también estaba haciendo un documental muy sensible sobre Zoilamérica, y no era seguro publicarlo en ese momento».
«Yo estaba editando “Exiliada” para entonces, terminé la película en Costa Rica. Salimos de Nicaragua planeando que sería por un mes, pero la situación en Nicaragua sólo empeoró y no hemos vuelto desde entonces».
«Vivo en Inglaterra, desde el exilio apliqué a una beca Chevening del gobierno de Reino Unido, estudio cinematografía en Goldsmiths University en Londres».
«Todo este tiempo fuera de Nicaragua lo he utilizado para presentar la película de “Exiliada” en más de 10 países, varios festivales de cine y utilizar mi voz para hablar de las violaciones de derechos humanos y la cultura de silencio e impunidad en Nicaragua».
«Estudie en el colegio Pureza de María en Managua, después estudié sociología en la UCA, liderazgo en Georgetown University en Washington D.C., un Master en Bellas Artes en cine Documental en Stanford University y ahora un Master en Cinematografía en Goldsmiths University».
«En el exilio en Costa Rica me case con mi esposo. Tengo 37 años».
Leonor Zúniga Gutiérrez es una socióloga, activista y documentalista nicaragüense. Es autora de varias publicaciones en el campo de medios de comunicación, cultura política y democracia en Nicaragua. Es licenciada en Sociología de la Universidad Centroamericana, es Máster en Bellas Artes en cine Documental de la Universidad de Stanford y fue galardonada con una beca Fulbright.
Leonor ha trabajado en varios documentales a lo largo de su carrera, fue productora ejecutiva del largometraje Documental Sueños de Birrete (2016), y ha dirigido los cortometrajes, Docktown (2016), Trees of Life (2016) y Exiliada (2019), sus obras han sido selecciones oficiales en los Festivales Big Sky, Hot Docs, Curta Cinema entre otros.
Leonor es cofundadora y directora creativa de CaLé producciones (2010-Hoy), una productora nicaragüense dedicada a la comunicación y el cine para el cambio social. También es miembro de Cinema Regional, una productora que promueve la profesionalización de la industria del cine en Nicaragua y Centroamérica. Fue ponente en TedxManagua 2013. Actualmente es becaria Chevening y estudia Cinematografia en Reino Unido.
Más información:
Exiliada: https://www.exiliadafilm.com/
CaLé producciones: http://www.caleproducciones.com/
Cinema Regional: https://www.cinemaregional.com/