No todo lo que brilla es oro, ni todo lo que se improvisa sale bien. Ello podríamos aplicarlo al programa conocido como «Parole Humanitario» anunciado con bombos y platillos, pero ejecutado de manera caótica, desorganizado y sin directrices lógicas de elegibilidad o procesamiento. Una especie de lotería con tickets de visa al azar, entre rezos y esperanza de aquellos que aguardaban el reencuentro. Sin embargo, ahora, suspendido por presuntas irregularidades, y sin la certeza de una nueva etapa de procesamiento.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) reveló que las alteraciones detectadas en el programa de parole humanitario para migrantes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela están relacionadas principalmente con los patrocinadores dentro de Estados Unidos, y no con los beneficiarios del programa. Estas condicionantes llevaron al DHS a detener “temporalmente” los permisos de viaje generando incertidumbre entre los migrantes cubanos que dependían de este proceso para ingresar legalmente a Estados Unidos.
El Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) aseguró que están trabajando para reanudar la tramitación de solicitudes «lo antes posible, con las salvaguardias adecuadas». Aunque no se ha fijado una fecha específica para levantar la suspensión, las autoridades han insistido en que esta pausa es temporal y que el DHS está revisando minuciosamente las solicitudes para garantizar la integridad del proceso.
El DHS descubrió que, hasta la fecha, 100.948 formularios de solicitud de Parole Humanitario habían sido completados por 3.218 patrocinadores en serie, un número alarmante que sugiere la posibilidad de fraudes sistemáticos. De hecho, 24 de los 1.000 números de seguridad social más utilizados por los patrocinadores pertenecían a personas fallecidas, una señal clara de manipulación en el proceso.
El reporte revelado por la organización Federación para la Reforma Migratoria Estadounidense (FAIR) detalla múltiples irregularidades. Por ejemplo, se utilizó la misma dirección IP para completar 51.133 formularios, lo que indica que un pequeño grupo de patrocinadores estaba manejando un volumen desproporcionado de solicitudes. Además, el uso repetido de los mismos números de teléfono y direcciones de correo electrónico en cientos de formularios sugiere un intento de sobrecargar el sistema con aplicaciones fraudulentas.
Otra de las preocupaciones identificadas en el informe fue el uso de direcciones físicas que en realidad correspondían a unidades de almacenamiento o propiedades comerciales, registradas en 19,062 formularios. Esto evidencia que algunas solicitudes podrían estar ligadas a redes de fraude que utilizan espacios no residenciales para justificar la residencia de los migrantes.
A pesar de estas irregularidades, el DHS aclaró que no se han identificado problemas con la verificación de seguridad de los beneficiarios. Sin embargo, el proceso de revisión de las aplicaciones de los patrocinadores sigue en marcha, y se están evaluando y reforzando los mecanismos para prevenir fraudes futuros. Una portavoz del DHS manifestó que el objetivo es reiniciar el programa lo más pronto posible, pero sólo una vez que se implementen las medidas de seguridad necesarias para proteger la integridad del sistema.
La suspensión temporal del programa ha generado preocupación y frustración entre los migrantes que esperaban beneficiarse del parole humanitario. La situación ha escalado a nivel político, con el Comité sobre Seguridad Nacional del Congreso de EEUU anunciando una investigación sobre la decisión de la Administración Biden de detener el programa. Mark Green, presidente del Comité y representante de Tennessee, envió una carta al secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, solicitando documentos y comunicaciones relacionadas con la pausa del programa. Esta solicitud se realizó después de que el Comité considerara «totalmente insatisfactoria» la información proporcionada por el DHS sobre los fraudes detectados.
Hasta julio de 2024, cerca de 495,000 migrantes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela han ingresado a EE.UU. bajo este programa desde su creación. Ahora con la suspensión podrían experimentarse graves consecuencias en el flujo migratorio hacia Estados Unidos. Especialistas en migración advierten que esta medida podría aumentar de manera considerable los movimientos migratorios irregulares, exacerbando la crisis humanitaria y poniendo en mayor peligro a quienes buscan una nueva oportunidad en el norte.
El futuro del programa es incierto, especialmente en un año electoral en Estados Unidos y aunque, supuestamente, la pausa en el programa de Parole Humanitario es temporal, su impacto en la comunidad migrante es profundo. Las próximas semanas serán cruciales para determinar el futuro de este programa y el bienestar de quienes dependen de él.
Ahora bien, es necesario enfatizar que solamente los cubanos, que aún cuentan con el beneficio de ajustarse al año y un día, se desconocen qué pasará con aquellas personas que entran cuando se les termine el plazo de vigencia del Parole. ¿regresan a sus países o engrosan la lista de indocumentados? ¿Se podrá extender la estadía? El tiempo lo dirá.